Reseña de Noé Vázquez
La experiencia de lectura de la biografía autorizada de Steve Jobs escrita por
Walter Isaacson realmente "engancha" debido a que el autor hace uso de un estilo imparcial y directo cuya efectividad periodística permite que no decrezca el interés del lector. Su enfoque es objetivo y duro, no es indulgente con el biografiado y no parece ser un libro escrito "por encargo" , no es un apología y mucho menos una hagiografía. Steve Jobs sabía que este libro iba a contener cosas que probablemente no le iban a gustar como por ejemplo, algunos episodios sobre la relación conflictiva con su hija Lisa o detalles sobre su carácter irascible y demandante, así como su obsesión por los detalles y la limpieza en los diseños. Steve Jobs pasará a la historia como un creador de productos de excelencia.
La filosofía de
Apple Computer nos enseña la colaboración entre las distintas divisiones de una empresa a la hora de crear un producto, Jobs afirmaba incluso que la sola palabra "división" no puede presagiar nada bueno. Lo podemos ver en Sony quien en su momento lidereaba el segmento de artículos electrónicos, Sony fue la marca del segmento por antonomasia, era imbatible, insuperable en su innovación su calidad y diseño antes de que tuviera que enfrentar la competencia de muchas otras marcas. Apple y Steve Jobs intuyeron que al no contemplar la marca y el producto holísticamente y como una suma de sinergias y colaboraciones entre las distintas divisiones de la compañía, ésto daría como resultado productos mediocres de otra manera cómo explicar que, a pesar de que Sony tenía en sus laboratorios el disco duro que permitía la creación del iPod y divisiones de música, cine, televisión y medios en general no tuviera la visión de un reproductor de música portátil con las características de los de Apple. La idea preexistente de Apple es que ellos sí sabían lo que estaban haciendo. Lo mismo pudo pasar con Xerox y HP, tenían tantos productos en desarrollo que era difícil que se concentraran en los realmente exitosos.
Los productos de
Apple tienen características que enfatizan el minimalismo, la estética en el diseño, la fluidez de sus formas, la eficiencia y rapidez en su funcionamiento, la sencillez en su operación (que funciona de manera intuitiva, prescindiendo incluso del instructivo), la cantidad mínima de mandos y botones, los códigos cerrados en su operación (al grado de que no se le permitirá al usuario abrir la carcasa del producto), el control total de la experiencia del consumidor. Apple concibe el software y el hardware como un todo armonioso que se crea conjuntamente y está hecho para funcionar íntegramente sin que sus partes puedan ser separadas, creando un todo optimizado en donde no se permite ni el escalamiento ni la experimentación. La experiencia con un producto Apple es contraria al enfoque
hacker que permite el escalamiento de partes, la modificación y cambio del sistema operativo, la piratería de las aplicaciones, la libertad de compartir el "código fuente", la donación o venta de licencias y la clonación del producto además de la compatibilidad con otras marcas. Apple fue una empresa iniciada por un par de
hackers que eventualmente se convertirían en dictadores de la experiencia de consumo. Las críticas más enconadas de Apple iban hacía empresas como IBM y las PCs compatibles junto con el sistema operativo de Microsoft. Ambos enfoques terminarían por necesitarse mutuamente.
Intuimos en la lectura del libro de Isaacson que la existencia de una empresa como
Apple sólo podría darse basada en una serie de supuestos preestablecidos por las circustancias:
Silicon Valley, la
Universidad de Stanford, I
ntel, Xerox PARC, y la creatividad de una clase media de los suburbios del Valle de Silicio formada por una serie de científicos, técnicos e ingenieros que trabajaban en compañías como
Hewlett-Packard además de un grupo creciente de aficionados a la electrónica que encontrarían en revistas como
Popular Electronics una pauta para futuras invenciones y productos. Apple surge en ese entorno: sueños juveniles, experiencias de libertad, búsqueda de nuevas formas de espiritualidad, aires de rebeldía, la necesidad de embarcarse en empresas individuales. Hay que recordar que fueron ex-hippies quienes crearon empresas como
VisiCalc y Lotus.
A Steve Jobs le tocó crear dos o tres segmentos dentro de la industria de la tecnología, uno fue el de la computadora personal con la creación y de Apple y, a la salida de la misma compañía a mediados de los ochentas, la creación de otro segmento importante, las cintas de animación CGI con la compra de la división de efectos por computadora de Lucasfilm y la creación de
Pixar junto con John Lassiter que con el tiempo desbancarían a Disney en la creación de personajes animados. Tal vez el otro segmento que logró revolucionar fue el de música digital con su regreso a Apple como consejero delegado en donde se daría una nueva etapa, la más fructífera para la compañía con la creación del
iMac, iPod, iPhone, iPad, iTunes y el iCloud entre los más importantes productos que llevaron a Apple a ser una de las compañías de artículos electrónicos más valiosas.
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